La primavera fue la más húmeda y lluviosa en España desde 1965, libre de heladas y temperaturas moderadas. La brotación fue espectacular en racimos y producción. Tras las temperaturas moderadas de mayo y junio se preveía una maduración comprometida, pero a finales de julio y en agosto las óptimas temperaturas y algunas olas de calor adelantaron el ciclo. A pesar de la humedad de primavera y de algunas tormentas de verano la sanidad del racimo no se vio afectada. Septiembre hizo el milagro, fue el más cálido desde 1965 de media de España, con espectaculares saltos térmicos día-noche. Se consiguió que con una buena producción la maduración final fuera perfecta. La vendimia comienza el 2 de octubre y finaliza el 30 de octubre. Larga y sin pausa, en condiciones meteorológicas ideales para la vendimia, la uva entra sana. En la mesa de selección se eliminan algunos racimos por exceso de peso.